Bueno, para el que no lo sepa aún, un grupo de cinco ilusionados cicloturistas partimos el día 16 de septiembre a las 8 horas hacia Santiago de Compostela.
Nos aventuramos a hacerlo sin coche de apoyo, lastrados por nuestro equipage, pero ayudados por nuestra fe, ilusión, paciencia y sobre todo, el firme convencimiento de que podíamos lograrlo.
Durante las 9 maratorianas jornadas de bicicleta hemos compartido momentos de frio, de calor, de sufrimiento y de dolor, pero también , y en mayor cantidad, hemos disfrutado de momentos de alegrías, admiración, compañerismo, buena mesa y solidaridad inolvidables.
Hemos tenido suerte, y con la ayuda del Apostol y la bendicion del Padre Blas no ha habido obstaculo que nos haya impedido alcanzar nuestro objetivo.
Se han superado puertos duros (con lluvia y sin lluvia), kilometrajes larguisimos, incómodas camas, duchas de agua helada, lluvias, calores, calzadas imposibles, peregrinos non gratos..., pero todo eso no ha sido suficiente para hacernos desistir.
Nuestra dureza psicologica se ha impuesto con rotundidad a nuestra capacidad física.
La experiencia ha valido la pena, ha llenado nuestra mochilas de vivencias inolvidables y nos ha despojado de lastres innecesarios.
Llegamos a Mérida el sábado 26 cansados pero muy contentos por lo vivido.
Que nuestra experiencia sirva de lanzadera para futuros peregrinos.
Nos vemos en el Camino.